La gran mayoría de los seres humanos hemos sufrido de dolor en uno o más dientes en algún momento de nuestras vidas.
Y de inicio queremos dejar claro… La solución definitiva para aliviar el dolor dental es acudir con tu dentista. Pero sabemos que a veces estos dolores se presentan en momentos inoportunos, como:
- Estando de viaje.
- En una celebración.
- Días festivos.
- Tarde en la noche, o peor aún, ¡de madrugada!
En esos casos, te toca esperar a que llegue el día de la cita y esto puede poner a prueba tu resistencia al dolor.
En internet se encuentran diferentes soluciones. Desde remedios caseros hasta antibióticos. Algunas recomendaciones solo son mitos y otras funcionan realmente. Por este motivo, hoy queremos aclararte cuáles pueden servir y cuáles definitivamente debes evitar poner en práctica.
IMPORTANTE: antes de probar cualquier recomendación de internet o de amistades, debes conocer si eres alérgico a algún medicamento, alimento o producto, ya que cualquier alergia podría desatar una serie de efectos adicionales indeseados.
¿Qué puedes tomar si te duele un diente? ¿Sirven los antibióticos o los analgésicos?
Si bien la respuesta es bastante amplia, porque dependerá del origen de tu dolor, muchas personas tienden a confundir los antibióticos con los analgésicos. De hecho, hay un mito que dice que, si te duele un diente puedes eliminar ese dolor con un antibiótico.
La realidad es que los antibióticos no solo NO tienen esa función (eliminación del dolor), sino que, además, si te automedicas con un antibiótico, tienes alto riesgo de sufrir efectos secundarios e incluso crear una resistencia del microorganismo que esté causando la infección (si es que realmente la tienes).
Por lo que NUNCA recomendamos que tomes antibióticos sin ver antes a un médico. Mejor espera a tu cita odontológica y ahí te indicaremos si es necesario o no.
Los analgésicos también pueden generar efectos secundarios cuando son tomados de forma incorrecta, por lo que tampoco te recomendamos tomarlos sin asesorarte primero, pero en casos puntuales donde necesitas tomar algo para solucionar tu dolor, puedes recurrir a analgésicos de venta libre como ibuprofeno (Advil) o acetaminofén (Tylenol).
¿Los remedios caseros funcionan para calmar el dolor dental?
Hemos leído en internet, y escuchado de nuestros pacientes, infinidad de remedios caseros. Sin embargo, consideramos que muchos de ellos producirían efectos adversos peores al dolor de diente que puedas tener.
Te contamos los más comunes y te explicamos por qué si o por qué no funcionan:
- Enjuagues de agua con sal: la sal es un antibacteriano natural, por lo que sí puedes hacer estos enjuagues con agua tibia para disminuir temporalmente sintomatología de inflamación leve.
- Compresas frías en la parte externa de tu mejilla: esto sí puede ayudarte a minimizar el dolor, ya que ayuda a contraer los vasos sanguíneos de la zona.
- Elevación de la cabeza al acostarte: cuando estás completamente horizontal, la acumulación de sangre en la cabeza puede causar más dolor e inflamación. Es por esto que si utilizas varias almohadas para tener tu cabeza ligeramente más elevada, sí puede ayudarte a que la sintomatología no empeore mientras duermes.
- Enjuagues con peróxido de hidrógeno (agua oxigenada): si bien es cierto que este compuesto químico es antiséptico, el uso continuo puede producir irritación y quemaduras en tus mucosas orales, adicionalmente puede desgastar los dientes y coronas. Por este motivo no lo recomendamos.
- Enjuagues o pasta con bicarbonato de sodio: tiene un compuesto químico que le atribuye propiedades abrasivas, esto puede desgastar tus dientes, por lo que tampoco lo recomendamos.
- Mezcla de canela y miel: si bien la canela tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, utilizar una mezcla de canela con miel en un diente adolorido (que puede tener caries), no nos parece la mejor opción. Incluso las comidas muy dulces pueden empeorar tu sintomatología.
- Aceites esenciales (por ejemplo los de DoTerra y Young Living: estos aceites contienen un componente químico llamado eugenol, que podría ayudar a disminuir el dolor y combatir las infecciones. Sin embargo, su uso puede llegar a ser tóxico y puede causar quemaduras en la piel, mucosas y encías.
Para finalizar queremos recordarte que cualquiera de estas soluciones son temporales, ya que la solución real la tendremos en el momento de evaluarte en el consultorio odontológico, donde podremos determinar el origen del dolor y el tratamiento ideal.
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